Ya sabemos aquello de que todo lo que comienza acaba terminando y nuestra aventura aérea no podía ser una excepción.Antes de realizar nuestro último vuelo creo que es de justicia dar las gracias a nuestras amables anfitrionas que nos han llevado de un lugar a otro sin la más mínima protesta y siempre dispuestas a satisfacer nuestra inmensa curiosidad.
Cuando comenzamos nuestra andadura y al objeto de ir ganando experiencia poco a poco, decidimos dejar para el último vuelo el más largo de todos así nuestro cuerpo y mente estaría habituado y todos podríamos disfrutar de nuestra última salida.
Hoy salimos de la Villa para acercarnos al valle, si hoy veremos “El Cristo del Valle” tal y como estaba en 1.999. La duración del vuelo será muy superior a la de los anteriores y aprovecharemos para dar cuantas vueltas podamos alrededor de nuestra querida ermita. Igualmente podremos apreciar los numerosos cambios sufridos en la zona en estos casi trece años.
Una vez más, nuestro agradecimiento por su perseverancia volando con nosotros durante tantas semanas, en este vuelo final no podemos despegar con retraso, nuestra puntualidad ha sido exquisita y hoy no puede ser menor: Señores Pasajeros embarquen por la puerta oeste.
Les deseamos otro agradable vuelo.
Gracias por su confianza y hasta la próxima ocasión.
Cristo del Valle 1.999
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