Blog Villa Ð Tembleque

miércoles, 20 de enero de 2010

Tembleque en tiempos de la Inquisición (1561)

Indagando un poco por la red he encontrado un libro en el que se detalla un pequeño suceso en el que aparece Tembleque allá en 1561 que nos puede dar una idea hasta dónde llegaba el poder de la Inquisición y las consecuencias que podía traer ser diferente en temas religiosos y cómo los propios lugareños se colocaban el papel de vigilantes de quien no cumpliera algunos de los preceptos. Al final del texto está la conclusión del autor del libro que alcanza mejores conclusiones que la mías.

"El afán vigilante a veces incluso se mostró en una relación tan fugaz como entre bienhechor y mendigo, aunque en estos casos la actitud del primero se puede entender sabiendo que en la Península Ibérica andaban millares de mendigos, entre los cuales había buen número de franceses poco ortodoxos. Por la tarde del 20 de Mayo de 1561, Pedro Ramírez el Viejo, vecino de Tembleque, se dirigió hacia la casa de su hermano Antonio que vivía en el mismo pueblo. En el camino se topó con un hombre alto y pobre que andaba pidiendo limosna aunque parecía sano de cuerpo, además extranjero. Todas estas condiciones le daban, en opinión de Ramírez un aire “sospechoso” y poco católico. Sin embargo, éste no habló sino que prosiguió el camino. En la casa de su hermano entabló conversación con algunos amigos presentes cuando el mendigo que había encontrado en la calle vino a pedir limosna. Por parecerle sospechoso el hombre, Ramírez esta vez si le preguntó de dónde era natural. El mendigo, que se llamaba Juan Francés, respondió que venía “de todo el mundo y de quienes hacen el bien”. No contentándose con tal respuesta, Ramírez volvió a repetirle la pregunta: ¿de qué reino venía? Juan contestó que venía del Reino de Dios. Ramírez, enervándose, insistió por tercera vez con la misma pregunta, ¿de qué reino o pueblo venía? El mendigo le contestó de nuevo que venía del Reino de Dios y de quienes hacen el bien. Ramírez y sus compañeros entendieron que se trataba de una persona muy sospechosa en la fe, ya que, en el caso contrario, no le haría falta encubrir su origen. Le preguntaron si había confesado y dónde lo había hecho. A esto, Juan Francés contestó que no confesaba sino con Dios y con quienes le hacían bien, lo cual repitió tres o cuatro veces. Como punto final de este proceso de reconocimiento de los sentimientos religiosos del extranjero, Ramírez agarró el método más eficaz para reconocer a los herejes protestantes: le preguntó por qué no se confesaba con frailes o abades, ya que para eso estaban. Cayó el veredicto: el mendigo dijo no querer confesarse con clérigos sino sólo con Dios o con los hombres que le hacían bien. Ramírez informó a la justicia y poco después el mendigo fue detenido."


"Varios elementos curiosos resaltan este relato. En primer lugar, Ramírez creyó necesario admitir ante el alcalde ordinario de Tembleque –que dirigía la primera investigación- que no se había acercado al extranjero para hablarle, aunque el hombre le parecía sospechoso. Sin embargo, Ramírez no ocupaba ningún cargo oficial en el momento del suceso. No era un clérigo encargado de vigilar a los transeúntes que pasaban por el pueblo. No era alcalde encargado del control de los mendigos extranjeros. Era simplemente un vecino más de Tembleque, aunque quizás con cierta consideración por ser mayor. No obstante, se excusó delante del alcalde, hecho que hace de presumir que el control social en Tembleque no fue una cosa excepcional sino tarea de todos. En segundo lugar, los hermanos Ramírez y sus amigos no quisieron darle al francés una limosna antes de conocer la religión que anhelaba. Le hicieron preguntas hasta tener la seguridad de que se trataba de un hereje. Estamos ante un caso obvio de control social activo: por ser mendigo extranjero, los vecinos de Tembleque no se contentaron con la fórmula esteriotipada y acostumbrada con la que seguramente habrá pedido limosna. Querían saber más e intentaron hacerlo de una manera bastante agresiva. Ambas observaciones ilustran que la sociedad en su totalidad garantiza la vigilancia de categorías sociales sospechosas y que la fidelidad a las normas del grupo la imponían todos sus miembros y no solamente las autoridades competentes como la Iglesia o la Inquisición."

2 comentarios:

Fredy dijo...

Es increíble que se haya podido recuperar esa historia; me refiero a que hace casi 500 años que aquel mendigo paseaba por nuestro pueblo... que por aquel entonces se estaría "cuajando" la plaza mayor, y tendría una iglesia nuevecita,recién estrenada, aún sin su torre, y por supuesto ningún otro monumento de los que ahora vemos como antiquísimos, y que en el siglo XVI aún no existían...
Gracias por compartirlo, penteo!

Penteo dijo...

Es verdad esos monumentos estaban en proyecto o en fase de construcción, Gracias a vosotros por mantener el blog siempre con artículos nuevos.